Ya estoy aquí, de nuevo,
ansiosa por empezar la universidad, pero no tanto por tener que estudiar y
trabajar a la vez. Creo que sobreviviré. De todas formas, estoy contenta porque
esta podría ser una buena oportunidad para hacer lo que siempre he querido hacer
–y no me refiero sólo a tener mi propio blog-. Quiero hacer mis sueños
realidad.

Este septiembre empiezo
en una universidad nueva, lejos de casa, en un apartamento de alquiler con
otras tres chicas también estudiantes en la misma facultad, solo que no en lo
mismo que yo. Hoy, que apenas faltan dos semanas para el comienzo del curso, he
decidido venir con mi padre a la gran ciudad, en la que ya había estado un par
de veces antes, para ver mi nuevo piso y conocer a mis compañeras.
De Teresa, ya sabía que
estudia diseño gráfico, que tiene veintitrés años y una cuenta de twitter
chulísima, pues contacté con ella, en esta misma red social para conseguir el
piso. Por otra parte, Clara, está acabando un máster en cámara, el último, por
lo visto, pero como no quiere trabajar, dice que cuando finalice el curso, ya
encontrará algo más que estudiar. No la entiendo.

Y por último está Inma,
la menor, pero sólo hasta septiembre, pues pasará a segundo de filología
inglesa este curso. Pero además trabaja en una cafetería cercana a la
universidad, en las pocas horas que tiene libres. Me compadecería de ella, si
no fuera porque yo tendré que seguir su ejemplo y trabajar y estudiar a la vez,
si quiero sacar la carrera de un tirón y sin pedir préstamos, porque los tiempos
que corren no pintan bien, según el “experto en política”: mi padre.A pesar de
las pésimas predicciones a cerca de mi futuro económico de este, he conseguido
trabajo en una tienda de discos y aparatos electrónicos –menos mal, porque dudo
que hoy en día se vendan muchos discos- que parece decente y está bien pagado.
Espero no tener muchas
dificultades con lo de estudiar y trabajar a la vez,- que según mi madre no
tendré porque ella hacía lo mismo-, aunque supongo que lo peor será la parte de
dejar, mi pueblo, pequeño pero acogedor, familia y amigos, y lanzarme a la
aventura a una ciudad desconocida, de trabajo desconocido y amigos aún más.
Pero tengo suerte de que mis nuevas compañeras de piso parecen buena gente, y
ya me han ofrecido ayuda para lo que sea.
Y ahora sí, me despido
deseándoos una vuelta al cole, uni o curro tan buena como la mía o mejor y una
foto de mi nueva ciudad, cuyo nombre no diré pero si algunas pistas: es una
gran ciudad, con muchos árboles y parques, muy concurrida y con el tráfico muy
abundante, inmensos edificios y oficinas, restaurantes y tiendas, puede que
tenga un río, y estoy segura de que está cargada de un montón de gente genial,
chicos mejores y un torrente desbordante de energía positiva esperándome
.