Ocho años sin ellos.

       14 de enero de 2005. 15.53 del mediodía. Charlie Simpson anuncia en una rueda de prensa que deja Busted para dedicarse plenamente a su nuevo grupo: Fightstar.

       Según el miembro del exitoso grupo, Busted no le llenaba suficiente; cuando entró en Busted tenía unos quince años, y el grupo no parecía ir demasiado en serio. De repente explotó todo el éxito, pero Charlie asegura que con Fightstar se siente más seguro, encaja en el grupo.

       Esto y el estúpido pacto de que si uno de los tres miembros de Busted se iba, el grupo desaparecería arruinó mi vida, estoy segura que al igual que muchas otras, todos fans de Busted. Lo cierto es que este día permanecerá en las memorias de todos aquellos fans de Busted, quienes al igual que yo, vieron la rueda de prensa en internet o en la tele mientras gritaban de horror o lloraban abrazados a un cojín sin creer que nada de lo visto fuera verdad.

Tantos años -2001/2005- de recuerdos compartidos con aquella banda de música que parecía no tener necesidad de un fin… se desvanecieron de golpe y porrazo, sin aviso previo rompiendo corazones y dejando a los restantes miembros de la banda, sin saber qué hacer.

       Por suerte, James y Matt no se dieron por vencidos, y James creó el grupo Son of Dork, y su éxito no fue poco, pero no tal como el de Busted.

Por su parte, Matt continuó con su carrera en solitario, últimamente se traía algún trabajo entre manos con James, pero no estoy muy segura de si llegó a ver la luz.

      El de peor suerte, en un principio fue Charlie, pues tuvo que soportar terribles críticas y agresiones por parte de sus ex-fans, pero hoy día está perfectamente integrado en Fightstar, donde ha hecho nuevos fans y aprendido a esquivar con elegancia las críticas que aún recibe de antiguos fans, si es que merecen ser llamados así.

        La decisión fue dura, pero suya, y nadie podía hacerle frente, de manera que, los ex fans de Busted hemos tenido que aprender a convivir con estos nuevos grupos y refugiarnos en otros artistas, aunque de vez en cuando sea demasiado insoportable dejar sus discos en el armario, y los pongamos, jurando que no lloraremos al escucharlos.