jueves, 25 de octubre de 2012

Un artículo jodidamente bueno


       Discutíamos ayer mismo en clase sobre la posibilidad de utilizar tacos, palabrotas, insultos, etc. en los artículos de opinión. Fue el profesor el quien empezó con el tema, nada más y nada menos que criticando el texto de un amigo, que juzgaba “las malditas descargas ilegales de internet, que poco a poco están acabando con cantantes, productores de cine, escritores y demás”.

       Para ir al grano, voy a resumiros que unos compañeros y yo, nos opusimos a la idea de que este tipo de palabras vulgares no sean apropiadas para la literatura.

       Y es que no hay película o canción cargada de sentimiento que no diga algo de esto, porque, en mi opinión, este tipo de juramentos y groserías profundizan el lenguaje. ¿Qué sería de la deducción humana de la lengua, si omitiésemos algunas palabras como casa, perro u hospital? Pues que tendríamos que dejar al chucho en el piso mientras vamos al ambulatorio –pésimo ejemplo-, pero en realidad no tiene el mismo sentido. Y con los tacos tenemos el mismo problema; sería como arrebatarle palabras –y con ello parte de cultura, sentido, etc.- a un idioma, por muy ordinarias que fueran.

       Todo esto, por no hablar de la satisfacción que a veces nos da soltar de mala leche un buen juramento para relajar tensión en momentos difíciles o romper el hielo y hacer reír en otros.

      Con todo esto, sólo quería haceros reflexionar sobre este tema tan tabú, en ocasiones, y con tantas distintas opiniones, también por si podríais darme algún argumento más para un artículo de opinión sobre blasfemias que tengo que entregar a mi profe el siguiente viernes, para hacerle entrar en razón y para que cambie de opinión a cerca de lo cojonudos que quedan los tacos, si se utilizan en el momento oportuno.

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