¿Cómo va,
bloggeros? Hoy me paso para contaros una pequeña anécdota de hace unas semanas,
y me gustaría que comentéis, y me digáis si a vosotros os ha pasado algo parecido o
conocéis algún caso de estos, porque, a decir verdad, supongo que no es tan
rara la situación que os voy a proponer, y en la que me encontré el otro día.
Bien, allá voy.
El caso es que me encontraba en la cafetería de la uni, al más puro estilo
americano saboreando un Mc Flurry recién comprado, repasando unos
apuntes, cuando se me sentó al lado una chica de mi clase, que ni siquiera sabía
su nombre y adiós repasar.
La chica, sin ni
siquiera saludarme empezó a despotricar sobre su novio y algo parecido a que la
había dejado por alguna razón sobre la que era muy macarra o algo por el
estilo. Al principio, no la hacía gran caso, pues pensé que sería otra de las
muchas chicas desconsoladas a las que los novios dejan por poco femeninas,
-cosa que tenían que haber notado antes de empezar a salir con ellas para
después partirles el corazón cruelmente- pero al final, la chica de los
vaqueros oscuros y la chupa de cuero con aspecto más bien gótico acabó por
engancharme con su historia.

Aída me aseguró que
antes de esto, y el divorcio de sus padres –que también influye- no tenía ese
aspecto; era más bien una chica normal con camisetas de Hello Kitty y Vans en
los pies. Pero según ella, desde que empezó en el mundillo de lo macarra –antes
de lo gótico- le empezó a gustar e incluso llegó a viciarse a la maría. Tuvo
suerte de quedarse sin dinero y haber tenido cabeza suficiente de limitarse a
volver a casa, al refugio de sus padres –cada temporada uno- y no cometer ninguna
estupidez. No mucho después, su padre le ofreció ir a la universidad y ella
aceptó.
Pero hoy en día,
de la pobre Aída, que tiene las ideas hechas un lío, -dicho por ella misma-
conociéndola ahora, tras todas sus movidas y en el momento de su vida en el que
probablemente ya ha pasado por todas las fases fuertes posibles, es una simple
chica con ropa oscura y algo yonki a la vez, -si tenemos en cuenta su camiseta
con el logotipo “legalize”-. También llaman la atención sus botas altas de cuero
marrones, forradas con pelo color crema por dentro y su maquillaje colorido,
que no va con su look duro.
A lo que quiero
llegar con todo esto, es a que, todas
las fases por las que pasamos en la vida, rockeras, cursis, 80´eras, revolucionarias,
etc. forman cada parte de nosotros mismos. Me explico, cada vez que dejamos atrás
uno de estos roles, no lo perdemos por completo, si no que extraemos lo mejor
de cada uno de ellos, para quedarnos con lo que llamaríamos un resumen de lo más significativo de cada
uno de ellos.
En un ejemplo, yo
tengo que admitir, que de mi fase rockera que dejé atrás a los quince o
dieciséis años, puedo quedarme con el enorme conocimiento musical adquirido,
algunos grupos heavys que conservo en el MP3 y una camiseta de Aerosmith que,
tengo que admitir, me hace muchísima ilusión llevar.
En conclusión, yo
os diría que elijáis bien todas y cada una de vuestras facetas y que
reflexionéis sobre ellas, dándoos cuenta así, de que podéis tener mucho más en
común de lo que creéis con el empollón de la mesa de al lado o la vecina pija y
aparentemente estúpida. Y con esto y un bizcocho, os dejo que me comunican
desde la cocina que tengo a Aída al teléfono; necesita ayuda con una cita y su
nuevo novio. ¡A bloggear mucho! Os quiero…
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