Discutíamos ayer
mismo en clase sobre la posibilidad de utilizar tacos, palabrotas, insultos,
etc. en los artículos de opinión. Fue el profesor el quien empezó con el tema,
nada más y nada menos que criticando el texto de un amigo, que juzgaba “las
malditas descargas ilegales de internet, que poco a poco están acabando con
cantantes, productores de cine, escritores y demás”.
Para ir al grano,
voy a resumiros que unos compañeros y yo, nos opusimos a la idea de que este
tipo de palabras vulgares no sean apropiadas para la literatura.
Y es que no hay
película o canción cargada de sentimiento que no diga algo de esto, porque, en
mi opinión, este tipo de juramentos y groserías profundizan el lenguaje. ¿Qué
sería de la deducción humana de la lengua, si omitiésemos algunas palabras como
casa, perro u hospital? Pues que tendríamos que dejar al chucho en el piso
mientras vamos al ambulatorio –pésimo ejemplo-, pero en realidad no tiene el
mismo sentido. Y con los tacos tenemos el mismo problema; sería como
arrebatarle palabras –y con ello parte de cultura, sentido, etc.- a un idioma,
por muy ordinarias que fueran.
Todo esto, por no
hablar de la satisfacción que a veces nos da soltar de mala leche un buen
juramento para relajar tensión en momentos difíciles o romper el hielo y hacer
reír en otros.
Con todo esto,
sólo quería haceros reflexionar sobre este tema tan tabú, en ocasiones, y con
tantas distintas opiniones, también por si podríais darme algún argumento más
para un artículo de opinión sobre blasfemias que tengo que entregar a mi profe
el siguiente viernes, para hacerle entrar en razón y para que cambie de opinión
a cerca de lo cojonudos que quedan los tacos, si se utilizan en el momento
oportuno.
¿Cómo va,
bloggeros? Hoy me paso para contaros una pequeña anécdota de hace unas semanas,
y me gustaría que comentéis, y me digáis si a vosotros os ha pasado algo parecido o
conocéis algún caso de estos, porque, a decir verdad, supongo que no es tan
rara la situación que os voy a proponer, y en la que me encontré el otro día.
Bien, allá voy.
El caso es que me encontraba en la cafetería de la uni, al más puro estilo
americano saboreando un Mc Flurry recién comprado, repasando unos
apuntes, cuando se me sentó al lado una chica de mi clase, que ni siquiera sabía
su nombre y adiós repasar.
La chica, sin ni
siquiera saludarme empezó a despotricar sobre su novio y algo parecido a que la
había dejado por alguna razón sobre la que era muy macarra o algo por el
estilo. Al principio, no la hacía gran caso, pues pensé que sería otra de las
muchas chicas desconsoladas a las que los novios dejan por poco femeninas,
-cosa que tenían que haber notado antes de empezar a salir con ellas para
después partirles el corazón cruelmente- pero al final, la chica de los
vaqueros oscuros y la chupa de cuero con aspecto más bien gótico acabó por
engancharme con su historia.
Y es que Aída –como me dijo que se llamaba- me
contó que llevaba casi dos años saliendo con un novio del instituto, del que
supuestamente estaba locamente enamorada, pero él ya había tenido sus
descarrilamientos con algunas otras. Aun así, mi amiga decidió hacerse la dura
y seguir con él tras montarle una bronca de aúpa. Y todo por el absurdo enamoramiento que
tenía la pobre chavala y su enorme orgullo que en vez de tragar exteriorizó
poniéndose en el papel de “chica mala” y que desde entonces se le ha quedado.
Aída me aseguró que
antes de esto, y el divorcio de sus padres –que también influye- no tenía ese
aspecto; era más bien una chica normal con camisetas de Hello Kitty y Vans en
los pies. Pero según ella, desde que empezó en el mundillo de lo macarra –antes
de lo gótico- le empezó a gustar e incluso llegó a viciarse a la maría. Tuvo
suerte de quedarse sin dinero y haber tenido cabeza suficiente de limitarse a
volver a casa, al refugio de sus padres –cada temporada uno- y no cometer ninguna
estupidez. No mucho después, su padre le ofreció ir a la universidad y ella
aceptó.
Pero hoy en día,
de la pobre Aída, que tiene las ideas hechas un lío, -dicho por ella misma-
conociéndola ahora, tras todas sus movidas y en el momento de su vida en el que
probablemente ya ha pasado por todas las fases fuertes posibles, es una simple
chica con ropa oscura y algo yonki a la vez, -si tenemos en cuenta su camiseta
con el logotipo “legalize”-. También llaman la atención sus botas altas de cuero
marrones, forradas con pelo color crema por dentro y su maquillaje colorido,
que no va con su look duro.
A lo que quiero
llegar con todo esto, es a que, todas
las fases por las que pasamos en la vida, rockeras, cursis, 80´eras, revolucionarias,
etc. forman cada parte de nosotros mismos. Me explico, cada vez que dejamos atrás
uno de estos roles, no lo perdemos por completo, si no que extraemos lo mejor
de cada uno de ellos, para quedarnos con lo que llamaríamos un resumen de lo más significativo de cada
uno de ellos.
En un ejemplo, yo
tengo que admitir, que de mi fase rockera que dejé atrás a los quince o
dieciséis años, puedo quedarme con el enorme conocimiento musical adquirido,
algunos grupos heavys que conservo en el MP3 y una camiseta de Aerosmith que,
tengo que admitir, me hace muchísima ilusión llevar.
En conclusión, yo
os diría que elijáis bien todas y cada una de vuestras facetas y que
reflexionéis sobre ellas, dándoos cuenta así, de que podéis tener mucho más en
común de lo que creéis con el empollón de la mesa de al lado o la vecina pija y
aparentemente estúpida. Y con esto y un bizcocho, os dejo que me comunican
desde la cocina que tengo a Aída al teléfono; necesita ayuda con una cita y su
nuevo novio. ¡A bloggear mucho! Os quiero…
¡Hola bloggeros! Esta vez
me gustaría hacer una entrada dedicada a todos aquellos grupos de música no muy
conocidos, pero que, a fin de cuentas son geniales. Y resulta que lo hago, pues
este tipo de bandas son a las que más cariño les tengo. Me explico; en mi
opinión, -la mayoría- son grandes músicos, al igual que todos los demás grupos
comerciales, solo que no les ha llegado la gran oportunidad de llegar a la
cima; al mundo de la fama. Esto podría ser causa de no ser muy populares, de no
tener oportunidad de presentarse a algún concurso de maquetas, de no haberse
topado con un productor o managger, etc.
El caso es, que para
contrarrestar esto, en este artículo presentaré nuevos grupos o desconocidos
para la mayoría del mundo y darlos a conocer.
A propósito, hace no
mucho vi una película buenísima de Lindsay Lohan y Chris Pine en la que se
cuenta la historia de como un grupo de música, (Mcfly) llegó a lo más alto de
la fama. Devuélveme mi suerte, una
película genial; amor, música, humor… para pasarlo en grande. (No pretendo
sonar como un anuncio).
Y aquí va el primer
grupo: (redoble de tambores para…)
THE MIDSUMMER CLASSIC
¡Marchando una de pop-rock super cañero con Eric Herbert, Aaron Trahan, James Fordd y Dylan LeBlanc!
En este caso, estos guapísimos de Long Island, Nueva York que se lo pasan en grande tocando en vervenas, nos dejan su mejor música y un montón de buen rollo.
¡Espero que os gusten tanto como a mí, o más! Que aunque mañana sea lunes no quiere decir que todo tenga que salir como en un lunes, sólo vosotros podéis hacer que el lunes parezca un sábado, y sobre todo después de semejante puente... En fin, ¡que lo paséis bien y escuchéis mucha música! ¡A petar los MP3!
Hey there! Esta vez me paso por el blog para dejaros un trabajo de cuarto de la ESO con el que ayudé hace unos días a mi prima pequeña -que odia las redacciones a más no poder, no a debido salir a mí- en un rato libre que encontré. El caso, es que Elena se pasó una semana de vacaciones con sus padres -a los que las empresas los putean al máximo con la excusa de la crisis famosa y les dan las vacaciones de verano en octubre- en el pueblo de sus abuelos a los que hacía un año que no veía. -Sí, el mismo pueblo marginado y aburrido que creo haber citado antes, en el que yo pasé gran parte de mi verano-.
Bueno, ahí va, he hecho algunos apaños para que no resulte muy tostón pero está prácticamente entero. Que lo disfrutéis.
Adam
Wade Gontier Bond, nacido el 25 de mayo de 1978 en Ontario, Canadá es el vocalista
principal y compositor del grupo de rock alternativo Three Days Grace, formado por Gontier, Barry Stock, Neil Sanderson
y Brad Walst. –En mi opinión nadie en este mundo debería morir sin haber
escuchado antes alguna de sus canciones-.
Para
Gontier, su aspecto físico es imprescindible por su oficio, ya que en la
sociedad mediocre en la que vivimos, la imagen contribuye a su éxito de manera
desmedida. En su composición, no destaca por su altura, y es fuerte y
musculoso, pero tampoco demasiado.
Su pelo es castaño o negro,
dependiendo del tinte, y acostumbra a llevarlo despuntado o en cresta, típica
en su oficio. Sus ojos, bajo gruesas cejas oscuras, son de color azul claro,
que contrastan con la oscuridad de su cabello. La nariz y boca no son
especialmente destacables, aunque sus dientes son rectos y blancos, lo que
contribuye a una sonrisa sorprendentemente bonita y tranquilizadora de la que
es casi imposible no enamorarse.
Todo
esto, por no hablar de su voz, rasgada y profunda, la cual es irresistible (muy
sexy) para cualquier ser humano normal y corriente, (mundano, para que los
shadowhunters me entendáis).
En
cuanto a la indumentaria, suele cambiar según modas y estilistas, pero Gontier
es una persona sencilla y acostumbra a vestir vaqueros desgastados y una
camiseta indie de alguno de sus
grupos de música favoritos como podrían ser Nirvana
o Los Beatles. –Yo, Three Days Grace, pero allá cada uno.
Además llevar una camiseta de tu propia banda…-.
En
resumen, su aspecto general es el de un cantante de rock normal y corriente, un
hombre joven, de aspecto heavy, con
tatuajes en los brazos, y normalmente acompañado de su guitarra (y su novia del
instituto, Naomi. Qué le voy a a hacer, no iba a ser yo la afortunada). Pero, ¿quién
sabe qué se esconde tras su dura apariencia (de malote)? ¿Y el significado de
sus tatuajes?
En
realidad, uno de sus ellos es un tributo a su abuela (muy tierno), y el otro
representa la letra de una de sus baladas Never
too Late (Nunca es demasiado tarde) que compuso durante su ingreso en un
centro de desintoxicación, por adicción a la oxicodona.
Y es
que esta droga llegó a su vida nada más llegar al éxito con su segundo grupo de
música, Three Days Grace, pues con el
primero, Groundswell, no tuvo la
misma suerte. Tras años de consumo, la adicción comenzó a agravarse y con el
apoyo de sus compañeros y su esposa Naomi, antes de que la situación empeorase,
se internó, voluntario en un centro de desintoxicación del que salió apenas
unos meses después, orgulloso (pero no más que yo) y con cantidad de temas
nuevos para su próximo álbum.
Desde
entonces, Adam ha contribuido con varias asociaciones contra la drogadicción e
incluso versiona la canción The Drugs don’t
work (Las drogas no funcionan) de The
Verve en cada concierto en el que encuentra ocasión.
¡Por cierto!, El nuevo disco de Three Days Grace acaba de ser publicado este 2 de octubre. Transit of Venus, alucinante, con canciones aún mejores, como Chalk Outline o Animal Leaked. Os dejo antes de acabar pareciendo una vendedora o publicista queriendo engancharos el disco. ¡No os perdáis los videos! ¡Chao! :)