Vacaciones de navidad.
Comilonas, regalos y adornos navideños aparte, también están esas molestas
tiritas que hay que arrancar, cuanto antes y más rápido mejor, pero con calma,
sin que se note.
¿Que de qué
hablo? Pues no, no deliro, al menos no todavía. Y no me refiero a tiritas
literales, sino a esos parientes que hay que visitar por navidades porque si no,
al menos mis padres son capaces de desheredarme. ¿Y por qué lo odio tanto? Pues
por que son, en su gran mayoría, primos y parientes lo más lejanos imposible, a
los que ni nosotros soportamos, ni ellos nos soportan; es mutuo. Toda por la maldita
educación y tradición.
¡Anda y que le
den! Las navidades son para pasarlas con tu verdadera familia, es decir, los
amigos, que son la familia que tú realmente eliges, y no la que toca porque
tengan la misma sangre. ¿A quién le importa la sangre cuando están por medio
los asuntos del corazón? Es absurdo, lo sé, y también incómodo, porque es difícil
hablar durante toda una comida y o cena que suele durar los entrantes un par de
platos y un larguísimo postre con su café y su copa, que depende el pariente y
su capacidad de entablar una conversación de la nada, pues nos conocemos de las
navidades anteriores. Con algunos, es insoportable. Y me refiero a todas esas
preguntas absurdas sobre los estudios y el trabajo, y poco más, cada uno
fingiendo a su manera que se lo está pasando bien, mientras que espera, ansiosa
o desesperadamente volver a casa y que las siguientes navidades no lleguen.
Y esto es lo que
me espera mañana y el resto de fines de semana que tengo hasta las navidades.
¿Sobreviviré? Ni idea, pero yo que vosotros le echaba un ojo al blog por si
acaso lo consigo y os paso algunos trucos para sobrevivir a esta época tan dura
de diciembre, que además ahora sin la paga de navidad será todavía algo peor.
Al menos ahora tenemos un nuevo tema que discutir en vez de seguir preguntando
por las notas y el tiempo: la crisis. Es un asunto que todo el mundo domina,
con distintas opiniones, pero en general, con la misma conclusión que no
aportaré por mi falta de experiencia en ladro…digo políticos.
En resumen, os
deseo que no se os haga demasiado pesado, y que habléis mucho sobre la crisis,
que está apunto de ser sustituida por el tiempo, tema estrella para los
momentos incómodos. ¡A comer mucho, que por el momento no hay recortes en el turrón!