domingo, 26 de agosto de 2012

Nuevo día, nueva vida


       Ya estoy aquí, de nuevo, ansiosa por empezar la universidad, pero no tanto por tener que estudiar y trabajar a la vez. Creo que sobreviviré. De todas formas, estoy contenta porque esta podría ser una buena oportunidad para hacer lo que siempre he querido hacer –y no me refiero sólo a tener mi propio blog-. Quiero hacer mis sueños realidad.

       Este septiembre empiezo en una universidad nueva, lejos de casa, en un apartamento de alquiler con otras tres chicas también estudiantes en la misma facultad, solo que no en lo mismo que yo. Hoy, que apenas faltan dos semanas para el comienzo del curso, he decidido venir con mi padre a la gran ciudad, en la que ya había estado un par de veces antes, para ver mi nuevo piso y conocer a mis compañeras.
      
       De Teresa, ya sabía que estudia diseño gráfico, que tiene veintitrés años y una cuenta de twitter chulísima, pues contacté con ella, en esta misma red social para conseguir el piso. Por otra parte, Clara, está acabando un máster en cámara, el último, por lo visto, pero como no quiere trabajar, dice que cuando finalice el curso, ya encontrará algo más que estudiar. No la entiendo.

       Y por último está Inma, la menor, pero sólo hasta septiembre, pues pasará a segundo de filología inglesa este curso. Pero además trabaja en una cafetería cercana a la universidad, en las pocas horas que tiene libres. Me compadecería de ella, si no fuera porque yo tendré que seguir su ejemplo y trabajar y estudiar a la vez, si quiero sacar la carrera de un tirón y sin pedir préstamos, porque los tiempos que corren no pintan bien, según el “experto en política”: mi padre.A pesar de las pésimas predicciones a cerca de mi futuro económico de este, he conseguido trabajo en una tienda de discos y aparatos electrónicos –menos mal, porque dudo que hoy en día se vendan muchos discos- que parece decente y está bien pagado.

       Espero no tener muchas dificultades con lo de estudiar y trabajar a la vez,- que según mi madre no tendré porque ella hacía lo mismo-, aunque supongo que lo peor será la parte de dejar, mi pueblo, pequeño pero acogedor, familia y amigos, y lanzarme a la aventura a una ciudad desconocida, de trabajo desconocido y amigos aún más. Pero tengo suerte de que mis nuevas compañeras de piso parecen buena gente, y ya me han ofrecido ayuda para lo que sea.



       Y ahora sí, me despido deseándoos una vuelta al cole, uni o curro tan buena como la mía o mejor y una foto de mi nueva ciudad, cuyo nombre no diré pero si algunas pistas: es una gran ciudad, con muchos árboles y parques, muy concurrida y con el tráfico muy abundante, inmensos edificios y oficinas, restaurantes y tiendas, puede que tenga un río, y estoy segura de que está cargada de un montón de gente genial, chicos mejores y un torrente desbordante de energía positiva esperándome

lunes, 20 de agosto de 2012

Broadway: So you think you can dance?


       ¿Que tal, veraneantes? Espero que lo esteis pasando genial con la familia y amigos, no como yo, aburridos hasta las trancas en un pueblo marginado de visita a los abuelos y demás parientes que veo una vez al año, -si los veo- y me llenan de besos y me recuerdan lo "alta" que estoy, lo que he crecido, bla, bla ,bla...

       Pero como todo tiene su parte buena, el no tener nada que hacer supone tiempo para publicar, y como el vecino tiene wifi y de vez en cuando pillo, pues me he puesto a ver unos vídeos de un programa de baile que me encanta, -y que por casualidad no es Shake It Up- pero que no entiendo ni papa, ya que es en inglés. De todas formas aquí os dejo dos de los bailes que más me han impresionado, aunque todos son geniales. 
--------------------------------

sábado, 4 de agosto de 2012

Vacaciones



       Mi lugar favorito de vacaciones, la costa. Mi debilidad son las playas. Nada de piscinas con hierba artificial y cloro a mogollón que irrita la piel y los ojos hasta el punto de parecer un tomate-vampiro. Además, para qué nos vamos a engañar, en sitios en los que el agua está retenida, circulando una y otra vez por el mismo lugar y nada más que pasada por una depuradora –si en el ayuntamiento tienen dinero para ponerlo en marcha –a mí me da la impresión de que aquello tiene que estar plagado de “aguitas amarillas”.

       Pero supongo que no soy la única a la que le encanten las playas. Aunque también hay gente que las detesta. Por un decir, hace un par de meses, convencí a unos amigos a pasar al otro lado del charco a pasar unas vacaciones en el mar –aunque algunos preferían el interior, pero ganamos por mayoría- con el dinero recaudado cuidando focas y delfines en un zoo. Suena patético y el sueldo lo es aún más, pero son unos animalillos muy graciosos y se pasa de cine –o de zoo- . El caso es que teníamos el itinerario hecho y todo, para pasar una semana en Miami, cuando la … de la agencia de viajes, encima de robarle el novio a mi hermana mayor hace unos años, nos dice que con cuatro mil euros no nos llega ni para el billete de avión. Tuvimos que apañárnoslas en Brazil. Al final, de trece amigos que teníamos pensado ir, cogimos el avión siete.
       De todas formas, tengo que decir, que no me arrepiento de haberme perdido Miami, porque las playas paradisíacas de Brazil nos bastaron para enamorarnos del lugar y querer regresar. Aun así, también tengo que decir, que la causa principal para que algunos de mis amigos quieran volver no son las playas, sino las zalameras muchachas con acento portugués y traseros y escotes inmenson de los hoteles.
Pero supongo que si el año que viene los “famosos recortes” y los desmesurados gastos de la universidad no han causado grandes estragos en el sueldo de mi familia volveremos a unas vacaciones como estas; de mochila en mano y moteles, como a mí me gusta, sólo que esta vez, no quiero que mi familia se las pierda.