Siento no haber publicado en tiempo,
pero aquí estoy de nuevo. Tenía pensado saltarme las excusas y saltar
directamente al tema del que tenía preparado para hablar, pero creo necesario
explicaros que he estado de exámenes y apenas he tenido tiempo siquiera para
comprobar si el vecino se decidía a conectar el wifi de una vez por todas. Y al
final lo he conseguido; la tele debía de estar aburrida y, a juzgar por que los
timbrazos a altas horas de la madrugada y las llamadas a todas horas han
cesado, he llegado a la conclusión de que al pobre Jose, la novia lo ha dejado.
Pero siguiendo con las excusas, la mas “gorda”
que se me ocurre son los finales. No es que me hayan dado ya los resultados, y
con tanto examen no es fácil salir con éxito, pero al menos confío en que estén
aprobados. Tampoco creo que estén de diez, porque a decir verdad, no me he
matado mucho a estudiar, pues considero que hay cosas más importantes que un
buen boletín de notas, cuando hay esperanza de triunfar –o al menos no fracasar-
en otras categorías.

Lo que más me fascinó de la peli, fue su
brutalidad; me explico, que fueran capaces de matar a varios personajes
bastante protagonistas como Rue, en vez de haber creado un ejército entre todos
los tributos y echar abajo Los Juegos, que
sería lo que yo, y también algunos de mis amigos –cosa que descubrí hablando después
de la peli –nos esperábamos.


Por esto mismo, he visto que lo que el
público busca son sorpresas y sucesos inesperados, algunos incluso negativos,
con tal de que sean novedades, asi que, voy a dejar de aburriros con chapas
filosóficas y desearos unos felices exámenes finales, o depende a quien,
felices Juegos del Hambre.